Atletismo

Con la Torre Eiffel como testigo

José Antonio Parra García es un atleta jerezano ,deficiente visual de categoría Veterano C que se ha propuesto participar el próximo 6 de marzo en la Media Maratón de París, un evento que suele reunir cada año a unos 10.000 participantes. Como preparación, el atleta ya estuvo el pasado 31 de enero en la Media Maratón de Sevilla. El corredor, que reside desde hace varios años en El Bosque, tiene una importante discapacidad que otorga más mérito a lo que hace. «De pequeño perdí la visión total del ojo izquierdo por un accidente y en 2005 empecé a tener problemas en el derecho», lo que finalmente provocó que tuviera que dejar su profesión de cocinero. «Empecé a tomar mal las notas de los camareros. Poco a poco he ido perdiendo la visión, ahora tengo sólo un 0,10». Pero no se resigna y compite en la modalidad de atletismo de Montaña como deficiente visual (B2) acompañado de un guía y de un B1 (ceguera total). En esta modalidad, que consiste en que tres personas (guía, B1 y B2) unidos por una barra direccional recorren un determinado trazado, es campeón de Andalucía en 2014 y 2015. «Yo ya hacía atletismo en Jerez hace muchos años pero por avatares de la vida lo fui dejando». A sus 50 años «estoy ya jubilado, tengo mucho tiempo disponible y no puedo parar quieto, mi cuerpo necesita estar continuamente en movimiento. Hace un par de años retomé el atletismo y ahora llevo un tiempo poniéndome en forma para estar en París el próximo 6 de marzo. Estoy muy ilusionado con esta carrera», admite. «Estuve hace poco en Jerez en la carrera de Adupace Sur, donde fui quinto. Gané en el Cross de La Barca y en la Dolmen de Antequera, fui segundo en la Vía Verde…» relata un José Antonio que es todo espíritu de superación.

«De un ojo no veo nada y por el otro estoy casi ciego pero yo no me resigno». Federado por la Fadec (Federación Andaluza de Deportes para Ciegos), donde compite en Montaña y también es pista, se atreve, como hará en París, en carreras abiertas. Así explica su método: «Me pego al corredor vidente que lleve un ritmo que se adecue al que yo tengo y ya no me separo de él. Donde él pisa, piso yo. Solemos entrar juntos en meta». Reconoce que a veces «necesito que me lleven de la mano según sea el trazado. En carreras donde hay asfalto y tierra, yo me desenvuelvo mejor en esta segunda porque estoy más entrenado y entonces es cuando yo le puedo echar una mano al atleta que va peor en ese terreno. Aquí se trata de ser solidarios con el compañero. Tú me ayudas en tu terreno y yo en el mío».

La idea de acudir a París sucedió casi por azar. «Tengo familia allí, me lo plantearon y me han conseguido el dorsal. El viaje me lo pago yo pero la estancia ya la tengo y eso también ayuda». Y también tiene sus objetivos: «Uno compite por deporte pero también por intentar superarse. La idea es hacer una media de cinco minutos el kilómetro, es una marca para quedar entre los cinco o seis mil primeros». Que no está nada mal.

Share this...

Facebook

Twitter