Antonio Joaquín Quintero, ajedrecista: «El ajedrez debería ser una asignatura obligatoria»
Antonio Joaquín Quintero (Huelva, 1966) sale siempre a ganar. Empezó con 12 años a jugar al ajedrez cuando perdió la visión y desde entonces ha hecho del ajedrez una forma de vida. Le ha ayudado en todo, reconoce. Asenjo, que es choquero de nacimiento, pero gaditano de corazón, considera que no hace falta una mente extraordinaria para triunfar en el tablero aunque reconoce que todo en el ajedrez es cálculo mental, de ahí que sea una fuente de seguridad en tantos órdenes de la vida, sostiene. Su fórmula, entrenar media hora antes de una partida con ejercicios de táctica y no perder el 100% de la concentración hasta el jaque mate. El pasado mes de noviembre se proclamó subcampeón de España.
¿Habrá visto a la serie Gambito de Dama?
Sí, me ha encantado.
¿Qué le ha parecido?
Muy buena, porque es una serie que íntegramente está dedicada al ajedrez.
¿Se identificado en algo con la protagonista? Porque ganaba todas las partidas…
Bueno –se ríe-. Siempre busco eso, ¿no? El objetivo, por supuesto, es ganar al rival. Eso siempre lo tengo en mente.
De todas formas, una serie con tanta proyección siempre populariza mucho el juego, ¿verdad?
Sí. De hecho, a raíz de esta serie, muchísima gente que la ha visto y no tenía ni idea de ajedrez, le ha despertado la curiosidad y han empezado a comprar tableros, a mirar partidas, y al final se han interesado y poco a poco se están dedicando a jugar al ajedrez.
¿Sorprende mucho que las personas ciegas jueguen al ajedrez?
La verdad es que sí, pero el ajedrez es un deporte de cálculo mental, para jugar no hace falta tampoco visión. Aunque tengas esa deficiencia puedes ejercerlo perfectamente.
¿Y hace falta una mente extraordinaria para disfrutar del ajedrez y triunfar en este deporte?
Para nada, en absoluto. Simplemente es que te guste, y una vez que te guste, es como otro deporte cualquiera, te dedicas a ello disfrutando del aprendizaje, del entrenamiento, cuando vas a jugar un campeonato, porque no solo disfrutas de las partidas que es lo principal, sino de conocer gente, el ambiente, los sitios. Para nada es difícil de jugar.
En otras disciplinas deportivas el esfuerzo físico es fundamental. ¿Aquí todo es actividad mental?
Aquí sobre todo el esfuerzo mental lógicamente, aunque evidentemente tienes que hacer extra de ejercicios, como otros deportes, porque quieras o no quieras, cuando juegas una partida de ajedrez, a veces puedes tardar entre 3 y 5 horas. Físicamente tienes que estar preparado, pero sicológicamente y mentalmente más todavía.
¿Cuál es la partida que más tiempo le ha durado?
Fue a los inicios, cuando empecé, jugando por equipos en Huelva. En aquel entonces el formato era diferente, porque tú tenías que hacer a 40 jugadas, antes de que puedas perder por tiempo, y luego tenías una hora más extra. Y esa partida me acuerdo que duró seis horas, que al final resultó ser tablas. Es la máxima que he tenido.
¿Y cómo se repone uno de semejante paliza mental?
Por supuesto con un poco de descanso, y la comida, que es fundamental también, y luego relajarte un poquito para seguir entrenándote para el próximo torneo.
¿Cómo son los minutos previos a una partida? ¿Se prepara de alguna forma especial?
Yo normalmente antes de ir a jugar una partida hago ejercicios de táctica porque de esta forma ya agilizo la mente y ya voy mucho más preparado a la hora de sentarme ya en el tablero. Mi metodología es esa, cuando voy a jugar una partida una hora antes ya estoy haciendo tácticas, una media hora, para preparar la mente y que empiece a funcionar.
«Siempre tienes que estar 100% concentrado»
«Aunque tengas ventaja siempre tienes que tener la concentración al 100», afirma Quintero
¿En qué momento tiene la impresión de que esa partida es suya ya?
Cuando veo la posición y ha ganado algún material, ya sea un peón o una pieza, entonces dices; pues sí, yo por aquí la partida la tengo ganada. Pero eso también te provoca un error porque te deja de concentrarte. Y eso es un gravísimo error porque después al no estar concentrado al 100% y ya piensas que la partida la tienes ganada resulta que te puedes equivocar y al final tirarla por la borda. Entonces lo fundamental sobre todo es no perder la concentración. En el momento en que ya veo que tengo un peón de ventaja o una posición donde al contrario lo tengo atado, digamos a la defensa y no se puede mover, sé que por ahí la partida la tengo prácticamente ganadora.
Es peor entonces pensar que puede ganar.
Si. Siempre tienes que estar 100% concentrado en la partida porque a veces se comete los errores de que tu ganas piezas y piensas que esto lo tienes ganado. Pues no. Luego se pierde la partida porque no haces después las jugadas correctas al no estar concentrado al 100%. Aunque tengas ventaja, siempre tienes que tener la concentración al 100%.
Hasta el jaque mate.
Sobre todo, eso, hasta el jaque mate –sonríe-.
Antonio, ¿cuándo empezó a jugar?
Empecé con 12 años que fue cuando me operaron de desprendimiento de retina del ojo izquierdo. Desde entonces no veo con ese ojo Y tenía enfermo el ojo derecho. Tuve que adaptarme a la situación y ya me dijeron que hiciera mucho deporte, sobre todo de contacto, tenía que evitarlo 100%. Y entonces descubrí el mundo del ajedrez.
¿En qué le ha ayudado en su vida el ajedrez?
Sinceramente, en todo. Otras personas se agarran a otras ideologías u otras cosas, cuando tienen un problema como este, y conmigo el ajedrez fue fundamental porque tiene valores muy importantes, como es, a nivel deportivo, saber ganar y perder, respeto, al contrario, tienes una disciplina. Luego tiene sicología, que es fundamental, porque cuando tienes un golpe de este tipo con 12 años, tienes que reaccionar y recuperarte lo mejor posible. Y a través del ajedrez yo lo tuve. Y luego a nivel social, son valores que transmite el ajedrez. Y por supuesto concentración, reflejo, memoria. Yo esos valores los trasladé a la vida real y tanto a nivel personal como profesional me fue muy bien.
Entonces, todo lo que se aprende en el tablero sirve para la vida real.
Por supuesto. Yo lo he vivido y lo puedo decir que efectivamente. Es fundamental aprender, de hecho, deberían estar en las escuelas desde Primaria, que desde la Unión Europea hace ya diez años se aprobó, lo que pasa que aquí en España todavía hay presidentes que no se enteran de cómo va la película.
Usted lo incorporaría a las aulas como una herramienta pedagógica.
Sí, sí, sí. Fundamental porque, de hecho ya se ha demostrado científicamente, que todos los alumnos o alumnas que han estado aprendiendo ajedrez luego han mejorado en otras asignaturas, aunque parezca increíble, sobre todo en Matemáticas, Lengua, Geografía, todo es relacionado con el ajedrez porque es cálculo mental, entonces tu mente siempre está pensando en todo lo que te rodea, todas las explicaciones del profesor, en la sala que estás, te estás dando cuenta de la posición de la mesa, las sillas, todo lo que conlleva ese sitio. Desde un principio apoyaría que fuera una asignatura obligatoria, no como ahora que es opcional, que ya es algo, pero no tiene la trascendencia como si fuera obligatoria que es lo suyo.
¿Influye en su forma de ser, en su personalidad, en algún sentido?
A mí me vino bastante bien. Yo era una persona muy introvertida. Me costaba muchísimo relacionarme con las personas, los compañeros, los alumnos, y, sin embargo, a través del ajedrez, todo lo contrario, ya me daba ese aire, esa tranquilidad y me vino fantástico.
«No hay diferencia entre el ajedrez y cualquier otro deporte»
«Saber ganar y perder es lo principal», afirma el ajedrecista gaditano.
La competitividad que genera ¿diría que es distinta en algún aspecto a otras disciplinas deportivas?
Creo que no, porque si lo comparamos con el tenis mismo, tú tienes que estar concentrado al 100% a la hora de jugar, de prepararte, de competir. Yo creo que en el ajedrez es exactamente igual. Cuando tú te pones en frente de un tablero ante un rival lo que tienes que tener es una preparación anteriormente hecha, con unos entrenamientos, sea con entrenador o no, ya depende de las posibilidades que se tenga, pero sobre todo una preparación a la hora de hacer la competición, lo mismo que en el fútbol o el baloncesto, ¿no? Está todo relacionado, no hay diferencia entre el ajedrez y cualquier otro deporte.
El ajedrez tiene sus Olimpiadas propias que organiza la Federación Internacional de Ajedrez cada dos años, pero no es reconocido todavía por el Comité Olímpico Internacional como un deporte olímpico, solo un deporte de exhibición en las Olimpiadas. ¿Tardemos mucho en verlo en unos Juegos Olímpicos?
Yo espero que no porque llevan un tiempo que lo están analizando. Que no esté a nivel olímpico es una cosa muy extraña, sinceramente. No tiene lógica.
Quedó segundo en el último Campeonato de España, en noviembre del año pasado. ¿Eso es un impulso? ¿Un elemento de motivación? ¿O da coraje no haber llegado al primer puesto?
No, no, todo lo contrario. Yo cuando voy a una competición, ya sea campeonato de Andalucía o de España, mi objetivo siempre es el mismo; yo voy a ganar el torneo, eso lo tengo clarísimo, independientemente de que por delante mía tenga rivales mucho más fuertes que yo, pero siempre voy con esta mentalidad. Luego, conforme va avanzando la competición, tienes otros objetivos a lo mejor, porque si ya has perdido unas partidas lógicamente no vas a quedar el primero. Pero curiosamente el año pasado cuando quedé subcampeón de España por primera vez, tuve la opción de haber quedado el primero. Te quedas con la sensación de que pudiste, pero claro, en frente tengo un rival. Es el mayor logro que he tenido a nivel nacional.
De todo su medallero, ¿este es el que se siente más orgulloso?
Han sido dos meses de duro entrenamiento con un maestro internacional que tengo de entrenador personal, que se llama Yasel Borges Ferias, que es cubano y vive en Rusia, y gracias a él conseguimos el objetivo, que era quedar campeón.
Como instructor de ajedrez tanto a videntes como personas ciegas, ¿qué es lo primero que enseña?
Sobre todo, a los chavales lo que siempre les enseño es el respeto, el saber ganar y perder, eso es lo principal, cosa que en otras modalidades deportivas parece que eso se ha perdido porque ya se han visto como se pelean los padres en una competición cuando los niños tienen que disfrutar de una competición. Eso es un problema de muchos entrenadores que enseñan desde pequeños a competir al máximo cuando lo primero que tienes que hacer es tener respeto, disciplina y saber perder y ganar, y darle la mano al contrario si se ha perdido.
Usted preside también el Club Ajedrez del Invidente, ¿qué se propone?
Poder participar en otros ámbitos y campeonatos a nivel deportivo. Es un club de ajedrez para personas con cualquier tipo de discapacidad es un club para todos ellos. De hecho, estoy intentando contactar con la Asociación de Alzheimer y Asperger de Cádiz porque para ellos es una terapia muy productiva. Ya llevamos dos añitos y estamos intentando encontrar algún patrocinador y tenemos en mente intentar hacer tres torneos en Cádiz capital en colaboración con la Delegación Gaditana de Ajedrez, que son los que arbitrarían esos torneos. También estamos hablando con el Ayuntamiento para tratar de hacer estos torneos a través de nuestro Club. Pero claro con la pandemia todo se ha parado.
¿Qué le preocupa más de la pandemia?
Sobre todo, como se está llevando la gestión. Yo creo que estos presidentes que tenemos o no saben dónde están o viven en otro mundo. Lo que más preocupa es que se está primando más la parte económica que la salud. Esta tercera ola se podía haber evitado al 100%. Ya en verano se permitió un poco y comenzó la segunda ola y cuando se ha permitido las reuniones de Navidad es donde se ha machado el virus, yo no lo hubiera permitido.
¿Cree que con más ajedrez la sociedad sería mejor?
Yo creo que sí, sinceramente si porque tiene valores muy importantes que por desgracia mucha gente le falta.
¿Qué le gusta del carácter gaditano?
Es como el carácter choquero, de Huelva, creo que somos muy parecidos en ese aspecto no he visto apenas diferencia. Es una ciudad que me gusta desde chico por el Carnaval, soy un fanático del Carnaval, y creo que nos parecemos muchísimo, o por lo menos yo lo veo así.
